Imperialismo: De Colombia para el mundo.






Por: Enrique Mathieu

El imperialismo cultural es definido como "toda forma de imposición ideológica desarrollada a través de los medios de comunicación y otras formas de producción cultural a fin de establecer los valores de una sociedad dominante en una determinada sociedad periférica o dependiente".

En este sentido, el imperialismo cultural se trata de un fenómeno de dominación que ejercen los países industrializados a través del plano económico y más allá de esto a través del consumo cultural, especialmente productos que se relacionan con medios de comunicación, bajo los cuales los países desarrollados imponen valores culturales a los países receptores.

Como naciones que representan en mayor medida el imperialismo cultural están Estados Unidos y algunos países del continente europeo, a quienes se les responsabiliza por querer modificar ideologías y valores culturales de otros países. Pero en este aspecto cabe hacer una claridad sobre las responsabilidades, y hay que decir que es compartida entre estos países y aquellos que reciben valores culturales impuestos, ya que estos últimos denotan una actitud pasiva frente a los contenidos y productos que reciben, incluso olvidando su propia cultura y dejando de lado sus productos.

Eventualmente se puede hablar de imperialismo cultural desde los tiempos en que las naciones europeas se establecieron en las colonias en la época de la conquista e impusieron sus valores culturales, su religión y hasta los idiomas.

El caso colombiano
Siguiendo la línea, Colombia vivió el imperialismo cultural europeo en sus inicios, cuando los españoles se establecieron en el país, impulsando el idioma castellano y la religión católica como los valores culturales que debían primar para todos. Sin embargo, desde ese mismo periodo de tiempo en Colombia se ha manifestado una fuerte multiculturalidad ya que en la sociedad existían tanto valores de los europeos, como de los indígenas y las comunidades africanas que llegaron como esclavos.

Actualmente, el fenómeno del imperialismo cultural que se presenta en nuestro país proviene principalmente de los Estados Unidos, país desde el cual aceptamos ciertos valores culturales, por cercanía e identificación. esto se ve reflejado principalmente en hábitos de consumo en la moda, la televisión y el cine.
Sin embargo, en Colombia el imperialismo cultural, de cierto modo no es tan fuerte y no ha tenido el mismo impacto que en otros lugares del mundo, ya que en nuestro país todavía se busca preservar valores culturales propios, y aunque en el consumo seguimos patrones norteamericanos, eventualmente también consumimos productos nuestros y no dejamos totalmente de lado las raíces, aunque como en el caso de la comunidad Wayuu en La Guajira, se manifiesta una mezcla de culturas donde las artesanías propias de este grupo indígena van identificadas con una marca y unos colores tan americanos como los que tiene Tommy Hilfiger (caso específico de las mochilas).

De alguna manera el cine y la televisión que tienen su origen en el país del norte han creado patrones de comportamiento, hábitos de consumo y estereotipos que aquí son socialmente aceptados. En Colombia no existen estaciones de clima pero el vestuario que se maneja a veces denota una influencia, igualmente el cine y los programa de televisión que promueven ciertos estándares que la gente acepta, sin mirar más allá y darse cuenta que de otros países existen otra clase de contenidos que promueven valores distintos e incluso se acercan más a nuestra realidad.

No se puede decir que establecer valores culturales provenientes de otras naciones, más desarrolladas por supuesto, sea algo negativo; en tanto estos valores no entren en conflicto con los valores culturales propios y ambos puedan subsistir en el mismo escenario. En cambio es positivo en la medida en que las personas pueden ampliar sus horizontes, conocer otras culturas y aprehender de estas, aspectos y patrones que sean beneficiosos y aporten a la propia cultura.

Por otra parte, en Colombia se ha empezado a manifestar un proceso en el cual se busca promover valores colombianos propios para resaltar lo bueno de nuestro país y mostrarselo al mundo, además de promover en los ciudadanos un compromiso y una identificación con su nación, aunque resulta paradójico que este tipo de procesos sean más resaltados por fuera que al interior de Colombia.

En este aspecto, hay dos campañas que si bien no le hacen frente directamente al imperialismo cultural norteamericano si buscan ser una respuesta para promover valores culturales propios y que la gente vuelva a creer en lo nuestro.
Una de ellas son las tiendas Juan Valdéz, dedicadas a vender productos de café y prendas de vestir con un valor agregado, dándole presencia al café colombiano en diferentes países del mundo (ya son 35 tiendas), y que han puesto al café nuevamente como el producto que más nos identifica ante el resto de los países, esto obviando productos de tipo ilícito que siguen siendo un gran referente nuestro, desafortunadamente.

La otra campaña es la de Colombia es Pasión, una puesta en escena publicitaria de imagen-país, que busca resaltar lo bueno que tiene Colombia y es una marca que empieza a estar ligada a diferentes "embajadores" que con sus actuaciones dejan el nombre del país en alto.
Si bien es cierto, que es una campaña bastante criticada, por su carácter ultra positivista y que no representa la realidad que vive la nación actualmente, es importante destacar que por primera vez en muchos años un grupo de personas se dedican a hablar bien de otros colombianos, de decirle a los extranjeros que Colombia es más que lo que se ve en los noticieros y que promueven valores positivos y resaltan lo bueno del país.

Dentro de unos años, seguiremos con la tendencia a seguir los pasos que nuestro "buen amigo" Estados Unidos nos indique, porque aún seguimos siendo muy pasivos frente a lo que recibimos y ha sido un valor cultural nuestro (idiosincracia) criticar y menospreciar lo que tenemos, producimos y somos...pero dentro de ese mismo lapso de tiempo es importante tratar de volver a resaltar esos valores culturales que tenemos y darles la misma importancia que lo que recibimos de afuera.
Quien sabe si más adelante, estemos promoviendo valores culturales colombianos de forma positiva en otros países del mundo.

Una visión sobre la Globalización

Este video, es la representación en imágenes sobre una intervención en radio de unos locutores argentinos, que ven la problemática desde un punto de vista más cercano a lo económico pero que sirve para explicar el fenómeno de la globalización y como ésta se ve reflejada en el mundo.

Fuente: www.youtube.com

La globalización y la masificación de la sociedad.


Por: Jhonny Rodríguez


Para muchos la globalización tiene que ver con la evolución, con la vida del futuro, la era de los autos voladores y las maquinas del tiempo, en dos palabras la era tecnológica. La sociedad de hoy se vislumbra ante los nuevos equipos electrónicos, las nuevas redes “sociales”, o para ser mas claros las redes virtuales, todos nos hemos convertido en artistas y en personajes del “Jet-set” a través del facebook o el Myspace. Por estas y muchas otras razones nos hemos convertido en idolatras y súbditos de la globalización, ya que ella es la mejor opción para evolucionar, civilizarnos y tener una “mejor vida”.

Día a día nos consumimos más en el mundo de la globalización, pero en realidad ¿es una herramienta para mejorar la calidad de vida?, ¿Es el elemento necesario para la evolución del ser humano y de nuestro planeta?, ¿Acaso nos hemos preguntado o hemos analizado esto alguna vez?.
Desde mi punto de vista, la globalización tiene una finalidad mucho más compleja, la evolución tecnológica y social de los individuos es tan solo un antifaz de un gran proceso, si observamos y caminamos por las calles de nuestra ciudad, aquellas calles invadidas por los murales comerciales, las vallas publicitarias y el mundo clandestino y escondido de Bogotá podemos encontrar un sin número de situaciones e ideas por analizar, es el caso de las culturas urbanas, en las cuales encontramos padres de familia, jóvenes, adolecentes y niños. Los “hoppers”, “ravers”, entre muchos otros, se declaran culturas urbanas tras la búsqueda de un mundo mas civilizado y justo, diferente a lo cotidiano, lejos de la contaminación materialista, lo que no se dan cuenta es que estan siendo absorbidos por el consumismo ideológico y comercial y que se estan convirtiendo en obreros de la gran colonia globalizadora.

A pesar de una aparente diferencia e identidad única como promulgan día a día en los grafittis por las calles de Bogotá y sus diferentes expresiones artisiticas buscando ser visivilizados en la urbe, estan siendo masificados por la propaganda y los medios de comunicación, estan siendo drogados bajo una disfunción narcotizante de los efectos masificadores de los medios. Sin darse cuenta estan siendo inducidos a una cultura del consumismo, ya sea comercial o ideológico, adaptando pensamientos y costumbres a sus vidas, convirtiendose as que en culturas autenticas en culturas híbridas y masificadas por los grandes mperios de la “mentira y la seducción”. Me refiero a culturas híbridas por que son una mezcla entre lo popular y lo masivo, por ejemplo los “hoppers” en Estados Unidos tuvieron sus inicios en lo profundo de las calles newyorkinas, en los principales “Inner cities” como una respuesta a situaciones y problematicas sociales y políticas, la cultura hip-hop adapto expresiones artisticas tales como el Djing, The MC's, B-Boying y el graffitti a ideas y teorias sociales, políticas y religiosas como respuesta y toma de posición ante problematicas de la sociedad estadounidense en los años 70's.

Si nos detenemos a analizar la cultura “hip-hop” en las calles de nuestra Bogotá podemos encontrar que ha sido una cultura o un concepto mal adaptado a nuestras costumbres, la razón o la raíz de su creación no se conserva, se sustituyo el sentido de identidad social enmarcada en un problema o conflicto específico a tener una esencia en la moda, en la música y en las expresiones artísticas. En los diferentes “parches” se preocupan por la ropa de marcas especificas, modelos y estilos, han dejado de ser ellos mismos, tanto como individuos y de igual forma como miembros de una cultura, para convertirse en una versión materializada de una ideología, la preocupación por el dominio, el dinero, la ropa y el poder invadio sus mentes, este es un ejemplo claro de masificación y dominación de la maquinaria globalizadora.

El mismo análisis lo podriamos aplicar a diferentes agrupaciones o culturas, los ravers o clubbers, entre otros. En el caso de los clubbers su influencia americana es clara y evidente, su pensamiento de la libertad y el respeto, como elementos esenciales de la felicidad guiada por la moda, las mejores marcas de ropa, las mejores fiestas en los clubs más exclusivos, su simbolismo del materialismo como elemento esencial para alcanzar la felicidad total. En Bogotá, esta “cultura” a pesar de ser gigante se mantiene oculta bajo los telares de la noche y los sonidos más acidos de los clubs, adornada y acompañada por las botellas de licor, los cigarrillos, el sexo y el consumismo, que cada día aumenta más, como una necesidad narcótica, que desintegra el alma, el cuerpo y el bolsillo.

Proyecto final Teoría de la comunicación

COMUNICACIÓN GLOBALIZADA Y EXPERIENCIA CULTURAL.




TITULO: La globalización y el desarrollo de la identidad cultural.

PREGUNTA:
¿Es la globalización un elemento integrador de la sociedad o por el contrario se ha convertido en la herramienta esencial para la masificación de la sociedad y la perdida de identidad cultural?.

HIPÓTESIS
Desde un análisis inicial y bajo los planteamientos de Jesús Martín Barbero, podríamos decir que la globalización se ha convertido en la amenaza de la sociedad, una amenaza que masifica a los individuos, los manipula y los utiliza para su beneficio. A través de la globalización se pierde la identidad cultural convirtiendo a los individuos, y en especial a la sociedad en conjunto, en seres consumidores de mercado y materialismo.Es verdad que gracias a la globalización se permite la integración de las culturas, la multiculturalidad y el juego de costumbres, pero tampoco podemos olvidar que la globalización, y su uso incorrecto, conducen directamente o indirectamente a la perdida de identidad cultural y de las costumbres “autenticas”.